La generación de energía fotovoltaica, con la instalación de placas solares para autoconsumo en tu hogar o tu negocio, supone una disminución del gasto en la factura de electricidad en comparación con la energía eléctrica consumida en tu factura convencional.
Invertir en una instalación de autoconsumo con placas solares es invertir en ahorro futuro. Pagas por la instalación de placas solares pero la rentabilizas a medio y largo plazo ahorrando en la factura de la luz.
La luz del sol (que está compuesta por fotones) incide en las células fotovoltaicas de la placa solar, creándose de esta forma un campo de electricidad entre las capas. Así se genera un circuito eléctrico. Cuanto más intensa sea la luz, mayor será el flujo de electricidad. Además, no es necesario que haya luz directa, ya que en días nublados también funciona.
Las células fotoeléctricas transforman la energía solar en electricidad en forma de corriente continua, y ésta se transforma a corriente alterna para poder utilizar los equipos electrónicos que solemos tener en nuestras casas.
El dispositivo que se encarga de esta transformación se denomina inversor. El inversor transforma la corriente continua en corriente alterna con las mismas características que la de la Red Eléctrica controlando la uniformidad y calidad de la señal.
Actualmente, con la entrada en vigor del Real Decreto 244/19, ya no es necesario instalar baterias ya que podemos volcar a red nuestro excedente y recibir una compensación económica por ello.
Al realizar una instalación de energía solar fotovoltaica en tu hogar, podrás beneficiarte de las deducciones fiscales que ofrece tu Comunidad Autónoma, que pueden alcanzar hasta el 20% en el IRPF. Además, con el nuevo Real Decreto Ley de transición energética 15/2018, se elimina el impuesto al sol y se reconoce el derecho al autoconsumo fotovoltaico sin cargos.
